Año 1920 a 1924 De Hermosillo, Sonora a Nogales, Sonora

Después de unos dias de residir en la bella ciudad de Hermosillo, Sonora, Francisca su hija y su hermana Juana se trasladan a la frontera de Nogales, Sonora.

A finales de 1920 se instalaron en la Colonia Embarcadero a unos pasos del centro de la población.

El 30 de Abril de 1921, Doña Francisca dió a luz a su segunda hija a quien puso por nombre Catalina Valencia Jiménez.

Posteriormente decidieron cambiarse de domicilio y consiguieron un terrenito en la calle Embarcadero s/n (en lo alto del cerro).

El destino ya estaba diciéndole a Francisca que ese lugar iba a ser su morada (casa) por el resto de su vida.

No pasó mucho tiempo cuando por cosas del destino el vecino de enfrente de su vivienda, Don Casildo López se decidió a ir a visitar a los recién llegados al barrio del Embarcadero.

Cuando se dió el día de la visita, Don Casildo quien tenía 27 años se alistó se puso su mejor atuendo y se presentó con Doña Francisca, quien lo recibió amablemente y lo invito a pasar a su vivienda.

En la plática que iniciaron se presentaron y Doña Francisca le presento a su hermana Juana y sus hijas Carmen y Catalina.

Don Casildo se presentó indicándole a Doña Francisca que vivía solo, que tenía poco tiempo viviendo en el barrio, que procedía de Benson, Ariz y que las únicas compañía que tenía eran unas cuantas gallinitas.

Doña Francisca le comento a Don Casildo que su historia familiar se inició en el Puerto de Mazatlán, dónde nació y paso su infancia y que en la adolescencia había conocido al padre de sus hijas y del cual se había separado por problemas de carácter fuerte por parte del hombre.

Don Casildo le agradeció a Doña Francisca la confianza por el hecho de platicarle de su vida y le dijo que estaba muy agradecido por haberlo recibido sin conocerlo y que había sido muy agradable haberla conocido, y que ademas se sentía muy agusto en su compañía.

No había pasado mucho tiempo y un día Don Casildo, en la soledad de su vivienda, se encontraba recordando la visita a Doña Francisca, y de momento se decidió a dar un cambio en su vida, aunque no sabía si le iba  favorecer ya que no dependía de el, se propuso conquistar a Doña Francisca.

A pesar de que ya había tomado la decisión, Don Casildo tenía que esperar el momento ideal para hablar con Doña Francisca.

El 27 de Marzo de 1924 fue el día escogido por Don Casildo, lleno de entusiasmo y con su mejor sonrisa fue en busca de la felicidad.

Al llegar a la vivienda de Doña Francisca, se detuvo y pensó que pasará lo que pasará no se iba a desanimar pues estaba seguro de lo que sentía por Doña Francisca.

Era un día muy despejado y agradable pero más lo fue cuando Doña Francisca lo saludó de mano, buenas tardes dijo Don Casildo, vengo a saludarle y haber como se encuentran y si necesitan algo, a Doña Francisca le extrañó la visita pues no lo esperaba, y le dijo a Don Casildo gusta pasar y le ofreció un vaso de agua, tome asiento le dijo Doña Francisca.